viernes, 5 de noviembre de 2010

Camilo

Camilo encontró algo que hace tiempo dejó de buscar. Camilo derrotado no cree en mucha gente, para no decir en nadie. Camilo está dudoso, temeroso y siempre a la defensiva. Camilo tiene la obsesión de mirarle los zapatos a las personas. Camilo teme mirar directamente a los ojos, prefiere escuchar sin ver, o simplemente mirar para otro lado. Camilo odia su nombre, el mismo de su padre. Camilo está cansado. Hoy sólo quiere echarse dormir sin comer. Camilo tuvo un día difícil en el trabajo. Camilo prende la TV pero la Ignora por completo. Camilo simplemente esta pensando en nada, o en muchas cosas sin importancia. Camilo piensa que debería bañarse, pero la flojera lo post pone, Camilo está cansado. Camilo simplemente quiere dormir, pero no puede. Camilo apaga su celular, sabe que nadie lo va a llamar. Ya nadie lo llama y a Camilo pareciese no importarle.
  
   Camilo tiene nostalgia, pero evita prestarle atención. Camilo observa las paredes mugrientas de su habitación. La lámpara junto su cama lleva meses sin prender, se dañó. Camilo ha dejado de leer. Camilo está cansado. Camilo compra libros y no los lee, se ven lindos juntos en la biblioteca improvisada, delibera Camilo. Camilo baja películas francesas por internet, y las ve solo en su cama. 

Camilo se compró un Game Cube usado con un sólo control, Camilo no necesita dos controles. A Camilo se le acabó el perfume, los repuestos de la gillet. Tiene barba y el cabello algo sucio. Camilo va al gimnasio, le sale más barato que el psicólogo y que la compañía paga. Camilo está cansado. Camilo está acostumbrado a estar cansado. Ha estado cansado mucho tiempo. Camilo prefiere trabajar que estar en su casa. A Camilo no le gustan los animales. A Camilo le incomoda los olores corporales. Camilo habla varios idiomas, pero no habla con nadie. Camilo hace muchas cosas, pero termina pocas o casi nada.

   Camilo es bueno en su trabajo. Lleva muchos años ejerciendo. Camilo está cansado. Camilo se quita la ropa. La tira al suelo. Camilo siempre se para temprano aunque no tenga nada que hacer. Camilo extraña mucha gente. Camilo está cansado de extrañar y recordar, considera que es perder el tiempo pero lo hace de igual forma, no lo puede evitar. Camilo no fuma, pero ha pensado en fumar, el cigarro pareciere ser un acompañante incondicional, la excusa perfecta para iniciar una conversa.


 Camilo es guapo, sólo que está cansado. Camilo no está casado, ni lo estará. Camilo no tiene hijos ni los quiere tener. Camilo de vez en cuando recibe visitas, tiene sexo y se despide abriendo la puerta sin mucho apego. Camilo no tiene tiempo, aunque no tenga nada que hacer. Camilo prefiere desperdiciar el tiempo solo que acompañado.

Camilo no se ve en pareja. Cree que hay personas que simplemente son “unitarias”. Camilo no es mala persona. No lo es. Camilo odia esta ciudad. A veces confiesa odiar su país y su a familia.

Camilo ama el olor de los libros nuevos y el olor de su Mac cuando la abrió lo excitó, olía a primer mundo, según él, aunque nunca haya estado allí. Camilo cierra las ventanas, no quiere escuchar el ruido de la calle, tampoco el mundo creciendo. Camilo nunca se arriesga, Camilo dejó de observar, solo mira lo necesario para no tropezar. Camilo cree ser bueno en muchas cosas, pero en ninguna realmente importante. Camilo ha sido querido por mucha gente, amado tal vez otras pocas. Camilo está cansado. Camilo anhela un porro,  pero se conforma con wisky barato. 


 Camilo, algunas veces sale a dar vuelta en la noche, pero no se baja del carro, Camilo está cansado de la gente y de esta ciudad. Camilo es inteligente, aunque callado, muy callado. Camilo ama la noche, las luces y los carteles iluminados. Camilo observa uno de Beltmont, lucen felices, guapos y llenos de vigor. A Camilo le gustaría fumar. Camilo ya no se siente joven, nunca lo ha hecho, Camilo tiene amigos, pocos, pero están en otras cosas, cosas importantes, cosas que Camilo no hará jamás. Algunas noches, cuando Camilo duerme, abraza la almohada y le asignas nombres de personas furtivas, sueña con ellas y les hace el amor. Camilo ya no espera encontrar el amor, Camilo está cansado. Camilo quiere estar solo. Camilo está solo, sin él quererlo.  

Camilo odia cocinar, paga para que le cocinen una vez por semana, Camilo disfruta hablar con Ana, la señora regordeta que le cocina y limpia, porque sabe que se va ir al terminar su labor. Camilo algunas veces extraña a Ana. Camilo a veces observa el teléfono callar.  Camilo observa la televisión en mute imaginando diálogos a su antojo. A camilo le pesan los lentes, los usa sólo cuando nadie lo ve. Camilo se afeitaba el cuerpo por completo, no le gusta la vellosidad en su cuerpo pero hoy está cansado. 

Camilo tiene muchos zapatos pero camina poco, algunos les aprietan otros nunca los ha sacado de su caja. Camilo es muy pulcro, calculador, impecable aun cuando nadie le presta atención. pero hoy está cansado. Camilo es muy cortés, sólo que está cansado. Camilo es un caballero pero sin dama. Camilo juega ajedrez solo, nunca termina la partida porque no le gusta perder.  

   Camilo nada todas las mañanas, haga frío o no. Camilo nada hasta agotarse, hasta que sus músculos no dan más, sin tregua, cada vez más rápido, hasta que su cuerpo no obedezca más. Camilo siempre regresa a la orilla, ve el mar, y piensa en su hermana. Camilo extraña a su hermana. La última vez que la visitó le llevó flores, pero ella no le habló. Camilo se sentó al lado de ella y lloró. Camilo desea poder haber nadado más rápido aquel día de septiembre.

Camilo no cree en Dios, pero quisiera hacerlo, su sentido común no se lo permite. Camilo no come mucho, nunca termina su plato. Camilo se sienta solo en el comedor y mientras mastica su recalentada comida observa las sillas en perfecta coordinación en distancia entre ellas, vacías, calladas, pegadas en la mesa observándolo comer.

   Camilo aún tiene cajas sin desembalar, no tiene tiempo, ni quiere hacerlo. Camilo tiene muy pocos muebles, sólo lo necesario, una mesa para comer, una cama para dormir, una mesita para la televisión, y seis sillas, aunque sólo use una.

Camilo está pisando los treinta, aunque a veces siente que los años lo pisan a él. Camilo cree saber todas las respuestas incluso aquellas que no se ha preguntado. Solitario, sobretodo en compañía se de dejó de preguntar si alguna vez alguien llegará. Reconoce no tener destreza social alguna, su grupo de amigos cercano no ha variado mucho en diez años. Ha cometido errores y está aprendiendo a disculparse pero a perdonar… no tanto.

Sé que muchas veces caigo mal, pero no doy oportunidad para demostrarlo. Soy un hombre centrado, analítico y organizado. Sé seis nudos de corbatas diferentes, cultura del vino y queso con francés.  Siempre me peino, me cepillo los dientes por 6 minutos contados, incluyendo el hilo dental; por último me echo perfume, me acuesto rodeado de muchas almohadas y mucha soledad. 

Camilo encontró algo que hace tiempo dejó de buscar, simplemente soledad.

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