viernes, 22 de octubre de 2010

Juegos de Niños

Septiembre es el mes que siempre sobra, es el que siempre está en medio cosas mejores, fue el mes de septiembre de 1998 cuando yo me quedé en el medio, en la nada, sin entender la vida, sin planes y sin fuerzas.

Eran las vacaciones de verano, aunque de vacaciones no tenía mucho ya que había raspado tres materias y estaba haciendo esos cursos de recuperación, química, matemática y redacción, mi hermano mayor ya se estaba recibiendo de publicista y contra el deseo de mis padres planeaba hacer para lo que en la época era una locura, “emigrar”. Las cuentas telefónicas en mi casa siempre eran lo que reventaba los peos en la casa, tanto por internet “dial-up” como por las horas que pasaba hablando con Laura y julio escondido para que no me formaran peo.

Julio durante las vacaciones formó un gran enlace con Luis, el chico lindo con quien descubrí lo hermoso que es la figura masculina, ¿recuerdan? Eso a mí no me tenía contento, siempre me pareció un sifrino, pedante y gran parte de que no lo soportara era por ser tan sexy, tan heterosexual y me quitara la atención de Julio. Mientras, Laura, quien abría sido afectada por las degustaciones con Tonny, se limitaba atender el teléfono y hablar conmigo sobre cuanta estupidez se nos cruzase.

Una llamada, era Julio, una invitación, me decía que me fuese a su casa que estaba aburrido, que necesitaba salir, hacer algo, yo algo molesto sin saber exactamente el por qué le dije que no podía salir, vendría unos familiares o qué sé yo, una excusa, dejó de insistir y concluyó su llamada con “pachi – pachi Te quiero mucho amiguito” no entendí, no respondí, un error. Julio colgó el teléfono, una llamada, su última llamada.

Los ánimos en mi casa estaban algo caldeados esa tarde, mi malas notas, la decisión de mi hermano de fugarse del tercer mundo del año 99 y el cigarro de mi padre. Todo era un peo, yo encerrado en mi espacio, en mi litera, acostado esperando que el tiempo corriese rápido y empezar a usar mi chemisse de diversificado, Humanista, “uyy” qué bohemio me sentía a tomar esa decisión, qué maduro, qué pendejo al creer de que aprendería algo útil.

Otra llamada, la hermana de Tonny, una mala noticia, imágenes, sonidos, vacío, silencio, aire caliente, bloqueo, tembladera, confusión. Mi madre notó algo en mi cara mientras estoy al teléfono, algo definitivamente no estaba bien, ¿qué pasó hijo? – preguntó o eso entendí, abrí mi boca y las palabras que salieron no tenían sentido – a Julio le dieron un tiro en la cabeza- mi madre desplomada en el piso, más confusión, ¿por qué mi madre desvaneció?, segundos después caí en cuenta de que Julio y mi hermano mayor son... o eran tocayos, de inmediato le aclaré la confusión y mi madre sintió culpa al sentir alivio, no hubo palabras, no hubo mucho que comprender ni nadie que explicase por qué ya Julio no me llamaría más, no vendría a mi casa, no me echara los cuentos de sus aventuras, nada. No hubo nada.

Horas después, en emergencias de una clínica estábamos todos presentes, incluso Julio, por lo menos su cuerpo, su mente quién sabe, su alma talvez en otro lugar. Las máquinas lo mantenían con “vida”, no lo quise ver, soy un cobarde y creo que se podía de igual forma, uno a uno, sus familiares fueron llegando al recinto, rezaron, lloraron, yo rodeado de gente que ni conocía, sólo miraba las estrellas y escuchaba los murmullos, me preguntaba si quedaría paralítico o vegetal, negaba la posibilidad de que muriese, al pasar las horas y después de tanto pensar, deseaba que muriese antes de yacer allí “gracias” a la máquina.

“Julio murió”- me dijo alguna voz anónima, imágenes, sonidos, recuerdos, sonrisas de aquel cotorro que me enseño que coño era la amistad. Hay llantos y hay silencios, cuando el alma llora el cuerpo calla, es así, silencio, silencio, maldito silencio, las estrellas inmutes, el frío de la noche, los murmullos, silencio, nada.

Julio entraría a la escuela militar voluntariamente, nunca pensé que jugar con los Gi-joe, sería tan influyente, recuerdo que él tenía inclinaciones por el mundo militar, llevaba consigo unas plaquitas de soldado y un casquete de bala que encontró en la calle, le abrió unos agujeros y se lo guindo a modo de rebeldía y talvez, a modo de sentencia.

Yo siempre jugaba con las cámaras, con los micrófonos, Laura muy histriónica y culta jugaba con ser y hacer expresiones artísticas, Tonny no jugaba mucho, y Julio jugaba a la guerra, a las armas y a la hombría que le daba sensación de poder. Luis fue llevado a prisión, a una de adultos, los detalles de lo que habrá pasado no los narraré, sólo tenía 16 años, fue un accidente, un Juego de soldaditos, Julio era todo un Gi-Joe pero no llegó a ser hombre. Simplemente, no llegó.

¿Y tu hijo a qué juega?

viernes, 8 de octubre de 2010

NO TURN


19 feberero 2008: fue la última vez que soñé con Julio

   Estoy sentado en mi pupitre, el salón está topado de alumnos, volteo a mi derecha y a dos filas está sentado Julio y más atrás Tony, estábamos en mi universidad, pienso entre mí, “Dios gracias, todo es como era antes”; mis pensamientos son interrumpido por un estallido de risas producido por un comentario de los que Julio siempre solía hacer, me mira a los ojos y le digo de forma tal que pudiese leer mis labios “te extrañé, no sabes lo mucho que me hacías falta”.

   

 Terminada la clase y dirigiéndome a la puerta les digo a Julio y a Tony que aún estaban recogiendo sus cosas, - Los espero abajo - Tony hace una seña de que copió el mensaje y  me dirijo al pasillo entre la montaña de gente que subían y bajaban las escaleras, me voy abriendo paso, cuando ya he bajado dos pisos, un ser que no pude definir, sin rostro pero con una voz grave y serena me interrumpe el andar diciendo,

 -Algunas cosas del destino pueden cambiar, pero en esencia siempre se cumplirá la voluntad de Dios.

Impactado por aquella voz y temeroso de que se refiriera a lo que temía, retrocedo y murmuro con una muy débil voz.

-¿A qué te refieres?- No había terminado de completar la pregunta, cuando un fuerte sonido seco retumbó las paredes, un silencio amargo que se me hizo eterno lo acompañó, seguido por un fuerte grito de mujer, proveniente de los pisos de arriba. La marea de gente se agitó, corrían y saltaban por las escaleras en estampidas, en eso entré en mi, y por mi boca sólo se repetía, No, no, una y otra vez, el misterioso hombre desapareció entre la multitud, y me impulsé contra la marea de personas que bajaban las escaleras, -¡quítense coño!- gritaba mientras a punta de golpes y codazos me abría paso para regresar al salón  de donde provino aquel sonido, que para mi entender, sólo significaba una cosa y que sin duda, tuvo que ver con las palabras que me dijo aquel ente anónimo segundos antes. 

Al llegar al piso pocas personas quedaba en el pasillo, me paralicé al ver la puerta, me entró un miedo que me congeló y sólo pedía a Dios que no fuera lo que tanto temía, no me moví, no pude, simplemente me quedé allí vislumbrando el lumbral de aquella aula del 431, repitiendo una y otra vez, sin aliento, -No… no, - cuando los ases de luz revela una silueta, que se dirigía hacia donde yo estaba parado, la luz reveló mi peor temor y un sonido quebrantado de desesperación incluía mi nombre,

-       ¡Mauro perdóname, por favor, perdóname!, era Tony ensangrentado con Julio en brazos, quien la cara se le había bañado por completo de sangre proveniente de una gran mancha negra que tenía en la gorra de NY.
-       ¡No Tony, tú no!, ¡así no, así no,!  Le decía mientras le agarraba el rostro a Julio buscando algún estímulo en sus ojos,- Esto no debió ser así… tú no Tony, tú no-
la gorra cae al piso, la observo detenidamente, la sangre la envuelve, sólo pienso en ese momento, - mi gorra… esa era mi gorra. 

Arrodillados los tres, en aquel pasillo oscuro y vacío, con alguna luz de tungsteno parpadeando en aquel salón, nos hemos quedado inmutes, intocables, olvidados por el tiempo y envueltos por una densa y oscura sombra que nos cubrió por completo, borrando nuestras figuras en aquel frío piso de granito.

                                                        ******

Al medio día, saliendo ya de la universidad, me dirigía como era rutina a la parada de las camionetitas, rumbo a la california, en el descanso de las escaleras,escucho una voz familiar que grita mi nombre, proveniente de arriba, asomado con un suéter azul escolar y la gorra de NY, estaba Julio sonriendo,

-¡Sabía que tú nunca me ibas a dejar sólo! - le grito entre los bullicios de la gente.
-Nunca lo he hecho- Respondió. 

                                                       Desperté        

Desayuné, estaba de vacaciones, fui al trabajo a pedir mi caja de ahorros y me compré mi pasaje a La Gran Manzana y me dije, 

 No quiero un seguro de vida ni una vida segura, sólo quiero asegurarme de vivir mi vida

jueves, 7 de octubre de 2010

La Fuerza de Ser Papá

Dando vueltas por Facebook, encontré un video, uno que me ha hecho llorar toda la mañana, este niño holandés muy parecido a mis sobrinos y a mí a su edad, desencadenó algo muy dentro de mí, llanto, vacío y soledad.



Este valiente hombresito representa mi propósito de vida, ser papá. No lograré nada ser completo en mi vida si al final de mis días no tenga a alguien que me recuerde como su padre y me ame como yo hoy día amo al mío. Tengo 30 años, gracias a Dios, tengo un hombre a mi lado a quien amo y ha sido mi columna para soportar este año colapsado de sucesos que han marcado y cambiado mi vida.



Mi madre, la representación máxima del amor en mi vida, siempre ha sido de gran inspiración para mí, la admiro por su fuerza, su humor y la energía de vivir. A principios de este año, entró a la casa después de hacer varías diligencias, se acercó donde estaba mi padre y lo besó en la frente – ¿“qué más vieco”? con una gran sonrisa pero con los ojos aguados, llegó a mi cuarto, cerró la puerta y se desplomó al piso, a aquella fuerte mujer yacía en llantos y sufrimiento – Tu padre tiene un tumor maligno- dijo. Las luces se me bajaron, el aire simplemente abandonó la habitación pero no me permití derrumbarme, talvez porque uno no entiende algo así a la primera y porque así como mi madre no se derrumbó frente a mi padre después de besarlo, así de fuerte tuve que ser para ella y para mi padre.



Mis padres, han sido quienes me han enseñado lo que es el amor, no tan sólo al criar a mis hermanos y a mí, sino, al entregarse el uno al otro con tanto amor y compromiso. Mis padres tienen casi 40 años de casados, están arrugaditos pero coquetos, están tercos y mañosos, pero más importante aún...están juntos.



Muchas personas al preguntarles cuál es la razón más importantes por las que se quieren casar responden “para tener hijos, casa, etc” lo que me parece un gran error. Mis padres me enseñaron que el matrimonio no se puede basar en tener hijos, criarlos y formarlos, un verdadero matrimonio deciden casarse para estar juntos, al entender eso, respetarlo y valorarlo pueden vivir la gran experiencia de la paternidad.



Mi papá es muy alemán, seco en apariencia pero sensible como pluma, cada vez que habla de nuestra infancia y de las travesuras los ojos le brillan, al mirar a mis sobrinos su sonrisa es tan grande, que deja ver los últimos dientes de su dentadura. Tiene mil cuentos sobre nosotros, y no pierde la mínima oportunidad para señalar a cualquiera de nosotros ya unos mangansones y empezar una anécdota diciendo “este carajito, cuando tenía la edad de...” ríe, recuerda y goza con cada cuento, siempre hay oportunidad para compararnos con mis sobrinos a sus edades, las vidas de mis padres han girado en torno a nosotros, es cierto, pero la palabra familia cobra su verdadero significado cuando mis viejos después de tantos años no pueden estar sin verse ni por un día.



Yo más que querer, necesito vivir y completar mi vida al ser llamado “Papá” que esa personita le de el sentido completo a mi vida, me robe sonrisas y enojos. Que esa criatura me de la fuerza que da el ser papá, aprender, crecer y formar junto con sus dos papás la gloria en la tierra, ese sitio que se llama hogar y la gran empresa llamada familia, mi esposo, mis hijos... mi familia.



¿sabes cuándo una persona realmente te ama? Cuando te aplaude hasta por los pedos que te echas, así son mis padres y mi pareja. No importa que tan estúpida, absurda o fantasiosas sean mis ideas y proyectos, ellos igual lo celebran y apoyan, así fracase una y otra vez, ellos dirán cualquier cosa por hacerme sentir mejor.



Mis padres siempre ha soñado con que yo sea escritor, fotógrafo, chef o cualquier cosa que se me cruzase por la mente, simplemente han querido que sea feliz. Mi padre me dijo una vez, “si quieres ser zapatero sé zapatero, pero eso sí, sé el mejor zapatero de todos”.



Un día, mi madre estaba en mi cuarto planchando, le gusta hacerlo ahí porque es el más grande y ventilado según ella. Estaba viendo una película en inglés y puteaba porque no podía leer los subtítulos mientra planchaba y no le entendía nada a los gringos, ella sabía que yo estaba nervioso, sabía lo que pasaba, siempre lo supo. Estaba acostado en mi cama, esperando que llegasen a mi mente las palabras indicadas para decirle lo que le resultó evidente unas horas atrás cuando me encontró acariciando a un novio de mi juventud. Yo estaba aterrado, casi temblaba mientras mi mamá continuaba planchando las camisas de mi papá como todos los viernes. Se sentó junto conmigo y al verme abrir la boca ella dijo, - eres gay, ¿verdad hijo?- Con la voz suave, con la voz de madre, mi voz no salió por unos eternos segundos, he hice lo que siempre hago al verme acorralado, ponerme a la defensiva, molestarme y alejarme, pero antes de que saliera por la puerta, mi madre muy calmada me dijo, - hijo, yo te entiendo perfectamente... yo sé lo que es amar a un hombre” y así como si nada siguió planchando las camisas de su amado, mi padre.



Lucharé por completar el rompecabeza de la felicidad, lucharé por mi esposo, juntos lucharemos por nuestros hijos y todos juntos lucharemos por nuestra familia.



Los amo papá y mamá, te amo esposo mío y te amaremos con locura y entrega hijo, hijos, nietos.







martes, 5 de octubre de 2010

Flashfordward: Una Velada Extraña


Flashfordward: Es justamente lo contrario al flashback. Narra acontecimientos que están por llegar, normalmente cargados de hechos que son poco comprensibles para el espectador, de manera que el hueco entre presente y futuro sea difícil de rellenar.

                                          vía- todoseries.com/glosario-28293.htm

 

 

  

Lugar, un restaurante chino, que antes eran alemanes, no los chinos, sino, el restaurante,  sentado en una mesa de madera gruesa, aún conservaba la decoración germánica, con precarias decoraciones chinas, muy rojo todo y de mal gusto como todos lo asiático. En el coco, ya tres azules, por primera vez en muchos años estábamos todos los del grupo de “amigos” sentados en una misma mesa, hacia tiempo ya que nos habíamos disuelto, o mejor dicho, peleados y detestados, bueno, en realidad sólo era yo contra Jessy, una mujercita detestable, que alguna vez amé con devoción y que hoy en día no aguanto ni el aire que exhala.


En Caracas, una ola de calor arrasa con mi cuotas de buen humor y poca paciencia protocolar e hipocresía. Me doy licencia de ser seco y odioso con algunos de los aquí presentes. Realmente no quiero estar acá, realmente hace tiempo que me quiero ir, hacer nuevos amigos, gente distinta, creo que me haría bien, Estos me hacen sentir viejo, sólo hablamos de viejos recuerdos y de momentos placenteros que cada vez están más lejos del presente, recordar, reír, añorar mejor tiempo, una y otra vez, como descontinuados, como malditos decrépitos, prisioneros de la rutina, de una carente y prematura juventud perdida. Maldita sea, quiero vivir, necesito  amigos catalizadores, aventureros, y por favor, con capital económico para hacerlo.


 Al lado de Jessy, se encuentra Horacio, un carajo que tiempo atrás era gran pana, periquero a mil, ya sin el sentido del olfato desde los veinte años, con enfermedades venéreas leves, open mind y full lanzado. Yo tripiaba con él un mundo, alto pana, hasta que un día, cansado de tanta mierda y tras pasar un susto por sobredosis, encontró al Señor, sí al mismísimo Cristo Nuestro Señor, de un día para el otro se convirtió en un hombre de fe, con licencia para menos preciar y mirar con decepción a todos aquellos que no recibiera a Cristo Nuestro Señor en su corazón, y yo gay por excelencia y experiencia, encabezaba su lista de personas no gratas en aquella mesa pesada tanto por masa como por vibra, así que literalmente le dije que deseara que Cristo se haya quitado la corana de espina para que se lo metiese por el culo ¡Amén!, no se lo dije pero lo pensé muy fuerte.


 Me sonreía y miraba con cierta cautela como yo sin cautela alguna acariciaba a mi señor, no es mayor, sólo es canoso, grande y pomposo, quien con su mirada me daba aliento para seguir manteniendo la calma, la paciencia en esa fucking mesa donde los chinos parecieran tener menos paciencia que yo y nos deleitaban con maltratos e indiferencia antes nuestras más mínimas peticiones.


 A mi otro lado, un tipo nuevo, un intruso, un idiota inofensivo y algo patético a mi juicio, la única razón de cómo llegó a estar en esa trinchera, era por los envenenamientos de Graciela, porque ella necesitaba alguien que la subiera a Caracas, y él era el idiota de turno, Graciela, mi negra, todos tenemos una negra en el grupo, una de esas que haga y deshaga siempre la queremos y protegemos como si fuese la más pequeña, creo que de alguna forma, hace muchos años ella logró encartarnos con sus esporas e hipnotizó con su gran sonrisa, su radiante femineidad y su voz de chiquita, aún cuando es la más vieja de todos nosotros.,la más corrida, la más…


La razón de la reunión, Graciela o como le gusta que la llamen Grace, está preñada del viejo triste, un clavo que se quedó clavado al intentar sacar otro clavo, nadie se imagina a la maja de Caracas embarazada, siendo mamá y sin nada más, las opciones son varias, según ella sólo hay una opción, sacarlo como un intruso, como una gripe, así de simple, ¿quién conoce algún doctor que le haga la cosa? Ya es algo tarde para la pastilla, casi todos los que están aquí sentado han pasado por eso, esas cosas pasan, claro pero cuando cruzas los 30 años las cosas cambian y las brechas de entre márgenes de error se acortan y como siempre, las mujeres siempre pierden. Lo que no quiere Graciela es mantener algún vínculo con el viejo, muy pocos lo conocen, yo sí, nada bueno saca de ahí. Aún vive con sus padres, después del divorcio se quedó sin nada.
   
-    Grace porfa, no fumes- le digo mirándola con juicio
-    Es el primero de la noche, déjate de joder ¿sí? estoy nerviosa- dice al soltar la bocanada de humo      
-      sí, nerviosa y embarazada te lo recuerdo.     
-      No por mucho- silencio, miradas incómodas, cambios de tema.

          

En el plasma de la pared el Miss Universo, Venezuela está a punto de ganar por segunda vez consecutiva, ninguno de la mesa le para bolas, pero los comensales y los chinos nos arrastraban a mirar ese estúpido show, no nos quedó otra que prestarle atención, joder y chalequear…del mismo modo en el sentido contrario…


-      ¿y Andrés qué opina de esto? – pregunta Jessy, (Digamos que Andrés es el Will de Grace, mi primer novio y mejor amigo)
-      ¿Andrés? Tú sabes lo que él diría de esto.- Responde Grace fingiendo prestar atención a las dos finalistas. - ¿él está bien lejos, con sus con sus propios peos - Bucanadas de cigarro, sorvos de cervezas, miradas, juicios, dejavú -¡Marico! ¡Ganó Venezuela otra vez! – Cambiando el tema, cambiando muchas cosas.  

 
Cómo cambian las cosas lo años, Jessy quien fuese lo más cercano a mi mujer me cambió por un evangélico ex periquero, yo casado, con amigos nuevos, ajenos la mayoría pero nuevos en fin y Grace la calculadora embarazada sin querer ser mamá, que forma tan maldita de saber que el tiempo pasa, las cosas cambian y otras nunca regresan.