martes, 5 de octubre de 2010

Flashfordward: Una Velada Extraña


Flashfordward: Es justamente lo contrario al flashback. Narra acontecimientos que están por llegar, normalmente cargados de hechos que son poco comprensibles para el espectador, de manera que el hueco entre presente y futuro sea difícil de rellenar.

                                          vía- todoseries.com/glosario-28293.htm

 

 

  

Lugar, un restaurante chino, que antes eran alemanes, no los chinos, sino, el restaurante,  sentado en una mesa de madera gruesa, aún conservaba la decoración germánica, con precarias decoraciones chinas, muy rojo todo y de mal gusto como todos lo asiático. En el coco, ya tres azules, por primera vez en muchos años estábamos todos los del grupo de “amigos” sentados en una misma mesa, hacia tiempo ya que nos habíamos disuelto, o mejor dicho, peleados y detestados, bueno, en realidad sólo era yo contra Jessy, una mujercita detestable, que alguna vez amé con devoción y que hoy en día no aguanto ni el aire que exhala.


En Caracas, una ola de calor arrasa con mi cuotas de buen humor y poca paciencia protocolar e hipocresía. Me doy licencia de ser seco y odioso con algunos de los aquí presentes. Realmente no quiero estar acá, realmente hace tiempo que me quiero ir, hacer nuevos amigos, gente distinta, creo que me haría bien, Estos me hacen sentir viejo, sólo hablamos de viejos recuerdos y de momentos placenteros que cada vez están más lejos del presente, recordar, reír, añorar mejor tiempo, una y otra vez, como descontinuados, como malditos decrépitos, prisioneros de la rutina, de una carente y prematura juventud perdida. Maldita sea, quiero vivir, necesito  amigos catalizadores, aventureros, y por favor, con capital económico para hacerlo.


 Al lado de Jessy, se encuentra Horacio, un carajo que tiempo atrás era gran pana, periquero a mil, ya sin el sentido del olfato desde los veinte años, con enfermedades venéreas leves, open mind y full lanzado. Yo tripiaba con él un mundo, alto pana, hasta que un día, cansado de tanta mierda y tras pasar un susto por sobredosis, encontró al Señor, sí al mismísimo Cristo Nuestro Señor, de un día para el otro se convirtió en un hombre de fe, con licencia para menos preciar y mirar con decepción a todos aquellos que no recibiera a Cristo Nuestro Señor en su corazón, y yo gay por excelencia y experiencia, encabezaba su lista de personas no gratas en aquella mesa pesada tanto por masa como por vibra, así que literalmente le dije que deseara que Cristo se haya quitado la corana de espina para que se lo metiese por el culo ¡Amén!, no se lo dije pero lo pensé muy fuerte.


 Me sonreía y miraba con cierta cautela como yo sin cautela alguna acariciaba a mi señor, no es mayor, sólo es canoso, grande y pomposo, quien con su mirada me daba aliento para seguir manteniendo la calma, la paciencia en esa fucking mesa donde los chinos parecieran tener menos paciencia que yo y nos deleitaban con maltratos e indiferencia antes nuestras más mínimas peticiones.


 A mi otro lado, un tipo nuevo, un intruso, un idiota inofensivo y algo patético a mi juicio, la única razón de cómo llegó a estar en esa trinchera, era por los envenenamientos de Graciela, porque ella necesitaba alguien que la subiera a Caracas, y él era el idiota de turno, Graciela, mi negra, todos tenemos una negra en el grupo, una de esas que haga y deshaga siempre la queremos y protegemos como si fuese la más pequeña, creo que de alguna forma, hace muchos años ella logró encartarnos con sus esporas e hipnotizó con su gran sonrisa, su radiante femineidad y su voz de chiquita, aún cuando es la más vieja de todos nosotros.,la más corrida, la más…


La razón de la reunión, Graciela o como le gusta que la llamen Grace, está preñada del viejo triste, un clavo que se quedó clavado al intentar sacar otro clavo, nadie se imagina a la maja de Caracas embarazada, siendo mamá y sin nada más, las opciones son varias, según ella sólo hay una opción, sacarlo como un intruso, como una gripe, así de simple, ¿quién conoce algún doctor que le haga la cosa? Ya es algo tarde para la pastilla, casi todos los que están aquí sentado han pasado por eso, esas cosas pasan, claro pero cuando cruzas los 30 años las cosas cambian y las brechas de entre márgenes de error se acortan y como siempre, las mujeres siempre pierden. Lo que no quiere Graciela es mantener algún vínculo con el viejo, muy pocos lo conocen, yo sí, nada bueno saca de ahí. Aún vive con sus padres, después del divorcio se quedó sin nada.
   
-    Grace porfa, no fumes- le digo mirándola con juicio
-    Es el primero de la noche, déjate de joder ¿sí? estoy nerviosa- dice al soltar la bocanada de humo      
-      sí, nerviosa y embarazada te lo recuerdo.     
-      No por mucho- silencio, miradas incómodas, cambios de tema.

          

En el plasma de la pared el Miss Universo, Venezuela está a punto de ganar por segunda vez consecutiva, ninguno de la mesa le para bolas, pero los comensales y los chinos nos arrastraban a mirar ese estúpido show, no nos quedó otra que prestarle atención, joder y chalequear…del mismo modo en el sentido contrario…


-      ¿y Andrés qué opina de esto? – pregunta Jessy, (Digamos que Andrés es el Will de Grace, mi primer novio y mejor amigo)
-      ¿Andrés? Tú sabes lo que él diría de esto.- Responde Grace fingiendo prestar atención a las dos finalistas. - ¿él está bien lejos, con sus con sus propios peos - Bucanadas de cigarro, sorvos de cervezas, miradas, juicios, dejavú -¡Marico! ¡Ganó Venezuela otra vez! – Cambiando el tema, cambiando muchas cosas.  

 
Cómo cambian las cosas lo años, Jessy quien fuese lo más cercano a mi mujer me cambió por un evangélico ex periquero, yo casado, con amigos nuevos, ajenos la mayoría pero nuevos en fin y Grace la calculadora embarazada sin querer ser mamá, que forma tan maldita de saber que el tiempo pasa, las cosas cambian y otras nunca regresan.



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