jueves, 7 de octubre de 2010

La Fuerza de Ser Papá

Dando vueltas por Facebook, encontré un video, uno que me ha hecho llorar toda la mañana, este niño holandés muy parecido a mis sobrinos y a mí a su edad, desencadenó algo muy dentro de mí, llanto, vacío y soledad.



Este valiente hombresito representa mi propósito de vida, ser papá. No lograré nada ser completo en mi vida si al final de mis días no tenga a alguien que me recuerde como su padre y me ame como yo hoy día amo al mío. Tengo 30 años, gracias a Dios, tengo un hombre a mi lado a quien amo y ha sido mi columna para soportar este año colapsado de sucesos que han marcado y cambiado mi vida.



Mi madre, la representación máxima del amor en mi vida, siempre ha sido de gran inspiración para mí, la admiro por su fuerza, su humor y la energía de vivir. A principios de este año, entró a la casa después de hacer varías diligencias, se acercó donde estaba mi padre y lo besó en la frente – ¿“qué más vieco”? con una gran sonrisa pero con los ojos aguados, llegó a mi cuarto, cerró la puerta y se desplomó al piso, a aquella fuerte mujer yacía en llantos y sufrimiento – Tu padre tiene un tumor maligno- dijo. Las luces se me bajaron, el aire simplemente abandonó la habitación pero no me permití derrumbarme, talvez porque uno no entiende algo así a la primera y porque así como mi madre no se derrumbó frente a mi padre después de besarlo, así de fuerte tuve que ser para ella y para mi padre.



Mis padres, han sido quienes me han enseñado lo que es el amor, no tan sólo al criar a mis hermanos y a mí, sino, al entregarse el uno al otro con tanto amor y compromiso. Mis padres tienen casi 40 años de casados, están arrugaditos pero coquetos, están tercos y mañosos, pero más importante aún...están juntos.



Muchas personas al preguntarles cuál es la razón más importantes por las que se quieren casar responden “para tener hijos, casa, etc” lo que me parece un gran error. Mis padres me enseñaron que el matrimonio no se puede basar en tener hijos, criarlos y formarlos, un verdadero matrimonio deciden casarse para estar juntos, al entender eso, respetarlo y valorarlo pueden vivir la gran experiencia de la paternidad.



Mi papá es muy alemán, seco en apariencia pero sensible como pluma, cada vez que habla de nuestra infancia y de las travesuras los ojos le brillan, al mirar a mis sobrinos su sonrisa es tan grande, que deja ver los últimos dientes de su dentadura. Tiene mil cuentos sobre nosotros, y no pierde la mínima oportunidad para señalar a cualquiera de nosotros ya unos mangansones y empezar una anécdota diciendo “este carajito, cuando tenía la edad de...” ríe, recuerda y goza con cada cuento, siempre hay oportunidad para compararnos con mis sobrinos a sus edades, las vidas de mis padres han girado en torno a nosotros, es cierto, pero la palabra familia cobra su verdadero significado cuando mis viejos después de tantos años no pueden estar sin verse ni por un día.



Yo más que querer, necesito vivir y completar mi vida al ser llamado “Papá” que esa personita le de el sentido completo a mi vida, me robe sonrisas y enojos. Que esa criatura me de la fuerza que da el ser papá, aprender, crecer y formar junto con sus dos papás la gloria en la tierra, ese sitio que se llama hogar y la gran empresa llamada familia, mi esposo, mis hijos... mi familia.



¿sabes cuándo una persona realmente te ama? Cuando te aplaude hasta por los pedos que te echas, así son mis padres y mi pareja. No importa que tan estúpida, absurda o fantasiosas sean mis ideas y proyectos, ellos igual lo celebran y apoyan, así fracase una y otra vez, ellos dirán cualquier cosa por hacerme sentir mejor.



Mis padres siempre ha soñado con que yo sea escritor, fotógrafo, chef o cualquier cosa que se me cruzase por la mente, simplemente han querido que sea feliz. Mi padre me dijo una vez, “si quieres ser zapatero sé zapatero, pero eso sí, sé el mejor zapatero de todos”.



Un día, mi madre estaba en mi cuarto planchando, le gusta hacerlo ahí porque es el más grande y ventilado según ella. Estaba viendo una película en inglés y puteaba porque no podía leer los subtítulos mientra planchaba y no le entendía nada a los gringos, ella sabía que yo estaba nervioso, sabía lo que pasaba, siempre lo supo. Estaba acostado en mi cama, esperando que llegasen a mi mente las palabras indicadas para decirle lo que le resultó evidente unas horas atrás cuando me encontró acariciando a un novio de mi juventud. Yo estaba aterrado, casi temblaba mientras mi mamá continuaba planchando las camisas de mi papá como todos los viernes. Se sentó junto conmigo y al verme abrir la boca ella dijo, - eres gay, ¿verdad hijo?- Con la voz suave, con la voz de madre, mi voz no salió por unos eternos segundos, he hice lo que siempre hago al verme acorralado, ponerme a la defensiva, molestarme y alejarme, pero antes de que saliera por la puerta, mi madre muy calmada me dijo, - hijo, yo te entiendo perfectamente... yo sé lo que es amar a un hombre” y así como si nada siguió planchando las camisas de su amado, mi padre.



Lucharé por completar el rompecabeza de la felicidad, lucharé por mi esposo, juntos lucharemos por nuestros hijos y todos juntos lucharemos por nuestra familia.



Los amo papá y mamá, te amo esposo mío y te amaremos con locura y entrega hijo, hijos, nietos.







No hay comentarios: