viernes, 8 de octubre de 2010

NO TURN


19 feberero 2008: fue la última vez que soñé con Julio

   Estoy sentado en mi pupitre, el salón está topado de alumnos, volteo a mi derecha y a dos filas está sentado Julio y más atrás Tony, estábamos en mi universidad, pienso entre mí, “Dios gracias, todo es como era antes”; mis pensamientos son interrumpido por un estallido de risas producido por un comentario de los que Julio siempre solía hacer, me mira a los ojos y le digo de forma tal que pudiese leer mis labios “te extrañé, no sabes lo mucho que me hacías falta”.

   

 Terminada la clase y dirigiéndome a la puerta les digo a Julio y a Tony que aún estaban recogiendo sus cosas, - Los espero abajo - Tony hace una seña de que copió el mensaje y  me dirijo al pasillo entre la montaña de gente que subían y bajaban las escaleras, me voy abriendo paso, cuando ya he bajado dos pisos, un ser que no pude definir, sin rostro pero con una voz grave y serena me interrumpe el andar diciendo,

 -Algunas cosas del destino pueden cambiar, pero en esencia siempre se cumplirá la voluntad de Dios.

Impactado por aquella voz y temeroso de que se refiriera a lo que temía, retrocedo y murmuro con una muy débil voz.

-¿A qué te refieres?- No había terminado de completar la pregunta, cuando un fuerte sonido seco retumbó las paredes, un silencio amargo que se me hizo eterno lo acompañó, seguido por un fuerte grito de mujer, proveniente de los pisos de arriba. La marea de gente se agitó, corrían y saltaban por las escaleras en estampidas, en eso entré en mi, y por mi boca sólo se repetía, No, no, una y otra vez, el misterioso hombre desapareció entre la multitud, y me impulsé contra la marea de personas que bajaban las escaleras, -¡quítense coño!- gritaba mientras a punta de golpes y codazos me abría paso para regresar al salón  de donde provino aquel sonido, que para mi entender, sólo significaba una cosa y que sin duda, tuvo que ver con las palabras que me dijo aquel ente anónimo segundos antes. 

Al llegar al piso pocas personas quedaba en el pasillo, me paralicé al ver la puerta, me entró un miedo que me congeló y sólo pedía a Dios que no fuera lo que tanto temía, no me moví, no pude, simplemente me quedé allí vislumbrando el lumbral de aquella aula del 431, repitiendo una y otra vez, sin aliento, -No… no, - cuando los ases de luz revela una silueta, que se dirigía hacia donde yo estaba parado, la luz reveló mi peor temor y un sonido quebrantado de desesperación incluía mi nombre,

-       ¡Mauro perdóname, por favor, perdóname!, era Tony ensangrentado con Julio en brazos, quien la cara se le había bañado por completo de sangre proveniente de una gran mancha negra que tenía en la gorra de NY.
-       ¡No Tony, tú no!, ¡así no, así no,!  Le decía mientras le agarraba el rostro a Julio buscando algún estímulo en sus ojos,- Esto no debió ser así… tú no Tony, tú no-
la gorra cae al piso, la observo detenidamente, la sangre la envuelve, sólo pienso en ese momento, - mi gorra… esa era mi gorra. 

Arrodillados los tres, en aquel pasillo oscuro y vacío, con alguna luz de tungsteno parpadeando en aquel salón, nos hemos quedado inmutes, intocables, olvidados por el tiempo y envueltos por una densa y oscura sombra que nos cubrió por completo, borrando nuestras figuras en aquel frío piso de granito.

                                                        ******

Al medio día, saliendo ya de la universidad, me dirigía como era rutina a la parada de las camionetitas, rumbo a la california, en el descanso de las escaleras,escucho una voz familiar que grita mi nombre, proveniente de arriba, asomado con un suéter azul escolar y la gorra de NY, estaba Julio sonriendo,

-¡Sabía que tú nunca me ibas a dejar sólo! - le grito entre los bullicios de la gente.
-Nunca lo he hecho- Respondió. 

                                                       Desperté        

Desayuné, estaba de vacaciones, fui al trabajo a pedir mi caja de ahorros y me compré mi pasaje a La Gran Manzana y me dije, 

 No quiero un seguro de vida ni una vida segura, sólo quiero asegurarme de vivir mi vida

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