viernes, 3 de septiembre de 2010

Mi Verdadero Arcoíris


El ser humano nace como una plastilina que todos quieren moldear, los padres, familiares, la sociedad, los medios, los amigos y profesores. Nuestro carácter de individuo no es tan individual después de todo, somos masa, somos queremos o no, "la masa" y dentro de todo está bien, se supone que es así, ¿verdad? Somos seres dentro de un gran ser "la sociedad" patrones de conducta, leyes, costumbres y rituales. Supongo que nos hace la vida un poco más fácil, sólo imita a los demás y todo coge su camino.


Pero qué pasa cuando es tu naturaleza la que te indica que algo no marcha como los demás esperan que marche, si en vez de una casita con una linda esposa, hijos y perros, tu naturaleza te demanda algo totalmente distinto a lo que sale en las novelas. ¿Bajo que cuáles patrones te regirías?


Durante mi adolescencia adolecía la carencía de aquella imagen del hombre gay pro activo, inteligente y respetado que en algunas sociedades lejos de esta existen hoy en día. Había una nube densa sobre la juventud homosexual, impensable en la educación tradicional y retrograda-religiosa de este continente.

   
 La reacción natural fue, negación, doble moral, doble vida, todo está bien, no pasa nada, es sólo un episodio. Eso es todo. Dios gracias y a la virgen que mi casa nunca entró el cáncer de la religión, algo que me hizo un ser pensante y analítico. Como persona no-religiosa, que no es lo mismo que ser ateo, me libré de culpas ajenas y golpes de pechos comercializados, algo que me facilitó mucho el proceso, que en realidad fue algo más entre la sociedad y yo, ya que el proceso de auto-aceptación fue muy rápido y fácil, sólo escuché lo que mi naturaleza y mi sentido común me dictaron. El problema era cómo confrontar la sociedad de los años 90 siendo un puvertino, sin carácter ni coraje.


Ahora revelaré el truco que aprendí para sobrevivir siendo minoría, la clave para lograr la aceptación en mi experiencia personal, es algo tan simple como "la inclusión". Mi teoría es, toda teoría se convierte en hecho con la comprobación, supongamos que mi verdad es que ser gay no tiene nada del otro mundo, no somos ni mutantes ni semi-dioses, para eso, hay que inmiscuirse entre aquellos que creen ser mayoría, cosa que por serlo se adjudican tener razón. Una vez dentro, en igualdad de condiciones, vas ganándote el afecto de quienes te rodean, y poco a poco, te vas dando cuenta que la mayoría está compuesta por muchas minorías, gordos, flacos, negros, chinos, y empiezas a darte cuenta que no metes la mano por las conductas sexuales de nadie, todos tienen rabo de paja y que todos tus temores los infundiste tú solo.


 

¿Qué pasa cuando no aplicas la inclusión?


Supongamos que naciste azul, eres un Blue guy, qué haces, te juntas con otros azules, vas a lugares para azules, te vistes de azul, escuchas música azul, tus temas de conversación se limitan al mundo azul, tienes profesiones cliché azul y te vas aislando porque te has moldeado tan azul que no crees ser capaz de convivir con otro tipo de personas, de otro color digámoslo de esa manera, te envuelves en un sub mundo irreal, excluyente y automarginado, cuando sales al mundo real, ves que las personas son de diversos colores, algunos no te gustan, otros, no te importan y no tendrás las herramientas para interactuar con toda la gama de colores con las que está conformado el arcoíris, no confías ni brindas apoyo a personas simplemente por no ser azules, tu mundo azul en el que te sientes seguro, es un nido de personas frustradas y mal intencionadas con dobles vidas y colores falsos y lo peor, es que salen a la calle a protestar, a exhibir un arcoíris multicolor que no creen ni aplican.


Me gustaría preguntarles a muchos que marchan, "¿aparte de azul, qué más eres? Algunos responderán, abogados, doctores, periodistas y mecánicos. Otros, la mayoría, verán a la cámara y se preocuparan por mostrar su mejor perfil, simplemente para responder que no entienden la pregunta.


¿Crees que ser gay hoy en día es suficiente o justificada razón para estar orgulloso por sí sólo?

La única forma de acabar con la discriminación empezará por nosotros mismos, dándonos un puesto en el mundo real, abriendo lazos de amistad con los heterosexuales, borrando fronteras fantasmas y sacando las telarañas culturales que quedan en la sociedad con nuestra actutud y aptitud. Todos somos masa, algunos, somos harina, otros sal, otros azúcar, pero somos los ingrediente de algo aún más importante, el pastel social.


 

                                                                                           ¿y tú de qué color eres?

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