miércoles, 25 de agosto de 2010

Cyber porn

En los 90s mi vida se limitaba al bachillerato, las escapadas a Plazas las Américas y de vez en cuando algunos fines de semana con Julio y Andrés. Durante la semana, en las tardes, no tenía mucho que hacer, veía la hora Disney, me comía mi Divertido de EFE, coleccionaba los tazos de los Tostitos y jugaba Duke Nuken en red con mi hermano en lo que juntos habíamos convertido en un cyber personal con cuatro Pcs y alguna veces, Carlos, el mejor amigo de mi hermano traía la suya y pasábamos horas disparándonos y comiendo gansitos Marinela.

El ocio, las hormonas y falta de información de la época hicieron muy cuesta arriba entender realmente qué me estaba pasando, por qué de repente, me resultaba tan atractiva la masculinidad, por qué los olores de sudor me daban como cosquillas o no sé qué, ¿qué está pasando? Una cosa es que las mujeres me ladillen, pero que me intimide y me atraiga otros manes, es como mucho, ¿será pasajero? ¿será normal? Por eso de la edad, la curiosidad, ¿la eyaculación precoz tendrá algo que ver? ¿será que me pajeo muy seguido? ¿qué hago?

Como si me amarrase la mano izquierda para aprender a no ser zurdo, intenté bloquear todo pensamiento, imagen, sonido y olor referente a esa terrible palabra: Marico.

Dicen que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, basado en ese argumento me convencí de que todo tenía solución, método a aplicar para regresarme al camino donde nunca estuve: VER MUCHA PORNO (heterosexual).

Sin que nadie en mi casa se diera cuenta (creía yo) me escurría en la computadora de mi hermano, la única que tenía la maravilla del internet por Dail up, la hijueputa hacía más ruido que una gata en celo al conectarse y rogaba para que mi mamá no se le ocurriera llamar a sus amigas por teléfono.

Por la velocidad de conexión la maravillosa pornografía se basaba en gran parte de fotografías y algunos clips de videos en baja resolución que tardaban una eternidad en cargar y mi impaciencia y corto tiempo que disponía de la pc me limitaban a concentrarme en fotografías que se formaban en bloques.

Veamos mujeres, ajá, linda, sí es linda, ya vienen las tetas, espera, espera, sí tiene tetas, dos, los pezones son raros, ok, ok sigue bajando, bajando, el ombligo, ehh sí, un ombligo, ya viene lo bueno carajo, ya veo vello púbico, ok ok prepárate, uyy uy, ahí está, una cuca… ok ok…. ¿Y entonces? ¿qué coño le ven a esto?.

¡Calma! Eso no quiere decir nada, es sólo una tipa desnuda, no pasa nada, capaz si vemos sexo de verdad, una buena cogida te provoque más, a ver, a ver, una buena coño, ésta se ve bien, el tipo es así grandote y bronceado y si la tipa también está chévere. Sí, sí, ahh es un video, cool, la tipa se desnuda… aburrido, aburrido… ajá se agachó, se lo está sacando, PA LA MIERDA… ¡Dios!.... qué buena esta la porno, uyy uy, se la va coger sabroso, ajá… bajen la cámara, quiero vérselo, quítate pendeja que no se lo veo, uff este man está rikiquito, Dios, sabes que sería genial, que el tipo estuviese solo, o con otro tipo así grandote…. ¡QUÉ COÑO ESTOY PENSANDO! WAIT!!!!...


Apagué todo de golpe, furioso desistí y me fui a pensar en otra cosa, como si fuese fácil, si uno se dice “no tengo hambre, no tengo hambre” muchas veces, tal vez al principio pueda disimular el hambre pensando en otra cosa, pero la naturaleza y el cuerpo no perdona, no importa cuanta fuerza de voluntad, Ave Marías, Padres Nuestros, razón o elevación espiritual logres, hambre es hambre y la carne es la carne, dirás que no tengo hambre hasta caer al piso por inanición, te levantarás y caerás hasta que vuelvas a caer y morirás.

No pasó mucho tiempo para que el gusanito de la curiosidad y las necesidades fisiológicas obligasen a mi organismo y mente darle click a la caja de pandora, a aquél botón en las galerías de Porno gay.

Sudaba, temblaba, lo prohibido lo que lo resultó absurdamente más excitante en sí, a ver cómo es esto, ver dos hombres besándose en aquellos años era algo sumamente exótico y europeo, cosa que vi en furtivas y contadas ocasiones en la programación para noctámbulos en las madrugadas de RCTV con cine francés de bajo presupuesto, películas que para esos años ya eran algo viejas, irónicamente hoy plenos año 2010 jamás lo verás en la producción de televisión venezolana, se extinguirá la producción nacional televisiva (no gubernamental) muy pronto y jamás pasará.


Algo curioso pasaba con mi cuerpo, reaccionaba muy bien, muuuyyyy bieeenn a esos estímulos visuales, hasta que la porno tomó su punto álgido…

No me jodas que se lo va meter por ahí, nahhh no puede ser, eso no entra ahí ni por joda, no creo… OHHH MYYY GODDD!!!! ¡No puedo creer esta verga! ¿Y eso está permitido? No me jodan… eso debe doler, pobre carajo, pero parece que lo está disfrutando… Sí definitivamente lo está disfrutando, ¡uyy chico, pero esto hay que patentarlo!


Así, poco a poco le fui agarrando el gustico a la cosa, tanto que la computadora de mi hermano empezó a ponerse muy lenta y el pánico se apoderó de mí cuando de repente la muy sucia empezó a arrojar ventanas e imágenes por demás explícitas de sexo varipinto.

¡AAY Puta madre! ¿y ahora? ¡Qué hago! Soy hombre muerto ¡y voy a morir virgen! Piensa, ¡piensa!

Sólo una persona podría ayudarme, Carlos, el compadre de mi hermano, por demás un gran ser humano. lo llamé para que revisara la computadora de mi hermano sin que éste nunca se enterara, sentado Carlos en la computadora me dijo que no era nada, qué manera más incómoda para aprender qué coño es el historial del navegador y que hay una carpeta con nombre de galleta o algo así, deseaba que se abriese un hueco en el piso y cayera cinco pisos abajo cuando abrió esa puta carpeta y me delató de la forma más vil e hijoeputa posible, los colores de mi cara debieron haber sido de todas las gamas de rojo posible, Carlos como si se tratase de recetas de cocina y páginas de brincolage siguió su proceso de curetaje cibernético, la acomodó y siguió tratándome como si nada hubiese pasado, me salvó y a partir de ahí me hizo comentarios a modo de puntas sobre los amigos que hasta después de viejo frecuentaban con la mayor normalidad del mundo. Un gran cómplice y un gran ser humano.

No hay comentarios: